En el primer semestre del año 2000 la revista Top Auto de España tuvo la oportunidad de montarse a un Porsche que competía en la clase GT de la FIA, se trataba del 911 GT3 Cup, un auto que no tenía muchas diferencias con respecto a su versión de calle. De todas maneras la redacción nos regaló sus impresiones en la edición # 127 de su revista, la prueba se hizo en el circuito corto de Hockenheim con todas las de ley pues los que conducían lo hacían con todo el equipo que se exige en competencias.
El auto de calle era el GT3, se vendía porque la FIA exige (o exigía) a los fabricantes que si iban a hacer competir un vehículo, este tenía que estar en venta y ser producido en una cantidad determinada; este GT3 valía unos € 20.000 más que el Carrera Normal y unos 14mil Euros más que el Carrera 4, los Carrera tenían un motor 200cc más pequeño que el GT3 y el Turbo.
La diferencia entre el GT3 y el GT3 Cup es básicamente que el que competía pesaba 210 kilos menos, cosméticamente lucían diferente pero los alerones y las extensiones de la carrocería sorprendentemente eran casi las mismas, ni los rines eran más grandes. El motor tenía una ECU reprogramada y la admisión modificada de manera de que el motor podía girar a mayor régimen, la mejora en la potencia máxima no fue mayor pues implicó generar apenas 10 HP más.
La dieta a la que se vio sometido el Cup es la que tiene más resultados en materia de prestaciones, para este auto como en muchos autos de carreras se descartan muchos elementos del interior que brindan algo de confort y se pusieron un volante deportivo además de unos asientos deportivos tipo "bucket" que también colaboraban haciendo perder peso; en la parte trasera del habitáculo también como suele suceder en los autos de carreras se adicionó un arco de seguridad o "roll cage" que según la información que aparece en la revista le dió un 30% más de rigidez torsional al auto. Todas las modificaciones que mencioné anteriormente tenían una repercusión en el acceso al vehículo pues este se dificultaba, lo que dio a entender el redactor de la nota es que para acceder a este tipo de vehículos se tiene que estar en forma y tener un cuerpo parecido al de un gimnasta porque la altura también afectaba.
Así pues, como pueden ver el GT3 Cup compartía cerca del 90% de las piezas con su versión de calle, el ejemplar probado era conducido por Dirk Müller en la FIA GT y a la fecha de la prueba venía de ganar las 12 horas de Sebring. Eso es básicamente el contenido del articulo de la revista pero para ver datos técnicos y más diferencias entre el auto de carreras y el de calle les dejo este archivo:
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